Las zonas más demandadas agrupan viviendas en laderas con vistas a bosques o montañas y proximidad al centro antiguo. Las fincas en el perímetro del bosque de Saint-Paul-en-Forêt ofrecen una privacidad óptima, mientras que las casas próximas a servicios combinan comodidad con serenidad. Los compradores internacionales buscan propiedades que equilibren autenticidad y acabados actuales: bastidas de piedra, villas contemporáneas o casas señoriales rehabilitadas. El marco legal de las transacciones es sólido, con revisiones exhaustivas de títulos y uso de suelo. El mercado evoluciona gracias a presentaciones privadas y visitas discretas, práctica apreciada entre clientes de perfil reservado.
Adquirir una villa o un caserío implica acceder a un estilo de vida selecto rodeado de naturaleza y tradición provenzal. Muchas casas disfrutan de amplias parcelas, jardines, piscina y máxima privacidad, verdaderos sellos de la vida de alto nivel. La clientela suele valorar tanto la artesanía como la localización, eligiendo parcelas apartadas con fácil acceso a Cannes, Niza o Saint-Tropez. Las viviendas más exclusivas pueden incorporar dependencia de invitados o viñedos, ideales para familias multigeneracionales o agasajar visitantes.
Los compradores extranjeros disfrutan en general de plenos derechos de propiedad conforme a la legislación francesa. Las operaciones se instrumentan ante notario, con pagos estructurados desde la señal hasta el cierre. En los últimos años, ha crecido el interés de familias internacionales por restaurar viviendas locales, priorizando materiales tradicionales, eficiencia ecológica y acabados personalizables. Los clientes valoran el asesoramiento durante la compra y también la gestión posventa, recurriendo a artesanos y proveedores de confianza.
El encanto discreto y el entorno boscoso posicionan estas propiedades en el mercado premium de alquiler vacacional. Los propietarios suelen optar por estancias de temporada, orientadas a visitas prolongadas de viajeros internacionales que buscan sofisticación rural. El alquiler se ve impulsado por la cercanía a golf, ciclismo, viñedos y la gastronomía Michelin de la región. Agencias especializadas gestionan todos los aspectos del alquiler, desde la comercialización hasta el servicio de conserjería, protegiendo la privacidad y el nivel de las propiedades.