El centro histórico, con sus calles empedradas y plazas, alberga mansiones privadas y casas señoriales. Barrios como Villeneuve-lès-Avignon y Châteauneuf-de-Gadagne ofrecen grandes fincas y vistas panorámicas, ideales para familias y quienes buscan amplitud. Abundan las ventas privadas, y la demanda internacional se centra en propiedades renovadas y listas para habitar.
Avignon resulta irresistible para quienes valoran la autenticidad, la tranquilidad y la solidez patrimonial a largo plazo. La oferta incluye viviendas excepcionales dentro de antiguas murallas y en viñedos periféricos. Los compradores se benefician del legado cultural y de políticas de conservación que mantienen el valor y la exclusividad del mercado.
Comprar en Avignon implica revisar designaciones históricas y trabajos de restauración. Los compradores extranjeros son bienvenidos; se recomienda recibir asesoría legal y notarial experta en derecho francés y herencia. El acceso a exclusivas oportunidades requiere contactos locales. Las compras en efectivo predominan, aunque existen hipotecas premium para inversores calificados.
La demanda de alquiler es consistente todo el año, impulsada por el turismo y afamados festivales de arte. Muchos propietarios optan por arrendamientos temporales, aprovechando la afluencia de visitantes. La normativa exige cumplir condiciones regionales, especialmente para edificios históricos y alquileres vacacionales. Los administradores especializados mantienen la calidad y la alta ocupación para los inversores.